Puedes secar cualquier tipo de hierba aromática, pero algunas tardarán más que otras dependiendo de la cantidad de agua que retengan.
Precalienta el horno a 80°C y en una bandeja forrada con papel para hornear distribuye las hojas, procurando que no se amontonen.
Coloca la bandeja en el horno, vigílalas y revuélvelas de vez en cuando para que no se quemen. Tardan entre 2 y 4 horas, dependiendo del tipo de hierba.
Haz una pasta concentrada, similar a un pesto, con una buena cantidad de hojas frescas de la hierba de tu preferencia.
Tritúralas con un poco de aceite y consérvalas en un tarro de vidrio bien cerrado, que puede estar una semana en la nevera y hasta un año en el congelador.
Puedes usarla como base para salsas o caldos, incluso puedes añadirle pequeñas cantidades a cualquier plato.
Corta las hierbas aromáticas de tu preferencia. Colócalas en una hielera y llénala con agua, aceite o margarina derretida. Deja congelar al menos 8 horas.
Cada vez que necesites un toque de hierbas aromáticas en tus preparaciones, simplemente vierte uno de estos cubitos en medio de la cocción.
Haz aceites o vinagres aromatizados, colocando en una botella con aceite o vinagre un buen puñado de hierbas bien lavadas y secadas. Deja la botella en un lugar fresco y oscuro por un par de semanas antes de usarlo.
Ahora puedes añadir sabor a todos tus platos con estos aceites y vinagres aromatizados con tus hierbas favoritas.